Leroy Merlin y EFICIA refuerzan su compromiso con la gestión sostenible del agua
Las cuestiones medioambientales han convertido el rendimiento energético de los edificios en una prioridad para muchos profesionales. En España el sector servicios representa el 13% del consumo energético nacional, en cuarto lugar, por detrás del transporte (37%), la vivienda (20%) y la industria (19%).
BMS: una fuente de datos fiable y tecnológica para fijar sus objetivos energéticos
En los últimos diez años, las grandes empresas han adoptado la tecnología digital integrando nuevos usos en la gestión de sus edificios, en particular mediante la implantación de sistemas de gestión de edificios. Estos sistemas de control son una auténtica mina de oro, a menudo infraexplotada, que permite concentrar los datos energéticos procedentes de contadores, sensores, autómatas y objetos conectados, para tener una visión en tiempo real de sus activos y fijar sus objetivos de rendimiento energético. Este ladrillo de hardware y tecnología es, por tanto, el primer paso de una estrategia de “edificio inteligente”.
A través de los sistemas BMS, la utilización de Big Data en la gestión energética de los edificios ha favorecido la aparición de nuevos tipos de servicios, en particular mediante la introducción de la inteligencia artificial.
La IA se ha convertido así en uno de los motores de la transición energética, ayudando a detectar las principales áreas de optimización y a establecer planes de inversión para cumplir con las normativas. Con este nuevo tipo de datos, el edificio se vuelve más “legible” desde el punto de vista de su comportamiento de consumo, que puede analizarse y optimizarse en tiempo real.
En Eficia, la experiencia humana completa el útil combo del análisis de datos.
Controlar la iluminación para ahorrar energía
La inteligencia artificial (IA) hace referencia a todas las tecnologías utilizadas para crear máquinas capaces de simular la inteligencia humana. Se basa en algoritmos que permiten a los BMS, por ejemplo, procesar datos y aprender de ellos. Esto permite a los sistemas de control mejorar a medida que procesan nuevos datos, lo que les permite resolver problemas complejos de forma autónoma, como anticipar escenarios de ignición en equipos de climatización.
Con la Inteligencia Artificial, el edificio también integra mucho mejor el uso de los ocupantes y el impacto de los elementos externos en su inercia térmica, que puede anticiparse mediante los algoritmos inteligentes que estamos desarrollando. Con la IA, las decisiones y los escenarios mejoran con cada iteración y contribuyen a la sostenibilidad del edificio.
Sus datos energéticos son una palanca de rendimiento para su negocio
La Inteligencia Artificial abre el acceso a la detección precoz de las derivas del consumo energético y revoluciona el aspecto de la toma de decisiones en tiempo real para los equipos operativos. Esta nueva base tecnológica, elemento clave de los edificios inteligentes, traduce los complejos datos del edificio y los conocimientos energéticos en un concepto operativo unificado, automatizable, rápido y accesible para todos, todo ello con una velocidad de cálculo incomparable a la de los equipos humanos.
Con la Inteligencia Artificial, el edificio se vuelve por fin “inteligente” y adquiere una nueva capacidad analítica de usos para anticiparse a ellos, para proponer nuevos escenarios, mediante la integración de numerosos datos, lo que no sería posible para el ocupante y/o el gestor. Por tanto, el edificio se comporta de forma más dinámica frente a sus ocupantes. Los datos integrados y analizados continuamente se componen de:
– Las diferentes actividades previstas en las distintas zonas del edificio: horarios de ocupación, ocupación actual y futura, eventos previstos, señales de alarma.
– Las características térmicas del edificio: inercia térmica, exposición a la radiación, actividades que repercuten en la temperatura actual y futura.
– La coordinación de los equipos y su estado de funcionamiento: coordinación entre equipos, consideración de la disponibilidad de los equipos en el momento t y avería actual.
– Previsiones meteorológicas: aumentos y descensos de temperatura, viento, radiación en el momento T y en el futuro.
– Calidad del aire en el edificio: CO2 y humedad, oportunidad o necesidad de renovar el aire.
– Las condiciones contractuales de suministro de energía: potencia suscrita, horas punta/horas valle.
– Oportunidades de reducir el tamaño de la red.
– La revisión periódica de los parámetros de los equipos HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado).
– Las limitaciones comerciales de los ocupantes y/o clientes del edificio.
Dé a su edificio un cerebro con una solución de control
Hacer que los edificios sean inteligentes, capaces de autorregularse sin dejar de ser controlables a distancia, es la forma más rápida y menos intrusiva de ahorrar energía y facilitar el funcionamiento de los edificios.
En efecto, gracias a la integración y explotación de estos datos, la IA permite comprender los usos de los ocupantes de un edificio, anticiparse a ellos y proponer nuevas configuraciones. Los resultados directos son una reducción del consumo de energía y de los costes; una disminución del índice de averías, del desgaste y de los tiempos de intervención; una reducción del número de intervenciones de mantenimiento innecesarias o ineficaces; un aumento de la disponibilidad de los equipos, de la calidad del servicio y de la capacidad de reacción; y del confort de los ocupantes.