Leroy Merlin y EFICIA refuerzan su compromiso con la gestión sostenible del agua
El panorama actual de la movilidad está cambiando rápidamente con la creciente adopción de vehículos eléctricos (VE). Esta transición hacia una movilidad más sostenible va acompañada de una creciente demanda de infraestructuras de recarga. Entre estas infraestructuras, las estaciones de recarga, especialmente las instaladas en viviendas particulares, están ganando popularidad. Sin embargo, esta expansión va acompañada de retos técnicos y logísticos que requieren especial atención. Según el Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC), España espera llegar a los 70.000 puntos de carga para finales del 2023. Un despliegue de puntos de carga que pretende acelerarse aún más. Asimismo, el PNIEC, marcó como objetivo alcanzar los 3 millones de coches eléctricos para el año 2030, lo que hace necesarios unos 340.000 puntos de recarga de acceso público.
Dimensionar los puntos de entrega: un reto importante
La cuestión central que se plantea es la del tamaño de los puntos de entrega. Con la adición de estaciones de recarga, las necesidades de energía aumentan sustancialmente en un solo punto de entrega. Por lo tanto, los operadores de red se enfrentan a la compleja tarea de dimensionar estos puntos para satisfacer las necesidades específicas generadas por las estaciones de recarga. Para ilustrarlo, tomemos el ejemplo de un hogar con un punto de entrega de 6 kW, al que hay que añadir un punto de recarga rápida. Esta situación requiere duplicar la potencia para satisfacer la demanda. Sin embargo, aumentar la potencia no es la única solución posible.
Soluciones tecnológicas y cambios en el consumo
Es necesario estudiar soluciones tecnológicas innovadoras. Entre ellas, el enfoque de la compensación del consumo está resultando prometedor. Este enfoque consiste en una gestión inteligente de la recarga, de modo que cuando un vehículo está enchufado, no necesita toda la potencia disponible. Este método inteligente optimiza el uso de la infraestructura existente sin aumentar necesariamente la potencia suministrada. De este modo, se puede evitar la implantación de un nuevo punto de entrega, que genera costes sustanciales, simplificando la transición a la movilidad eléctrica.
Gestión y control inteligentes de los puntos de recarga
La gestión de los puntos de recarga se está volviendo crucial para los profesionales que tienen varios vehículos que cargar. Es esencial establecer un sistema de control que supervise y regule la potencia consumida. Esto significa poder desconectar selectivamente determinados puntos de recarga para mantener la potencia total del sitio por debajo de su capacidad máxima. Este enfoque proactivo garantiza un equilibrio entre las necesidades de recarga y la capacidad de suministro, evitando cualquier exceso no deseado.
El futuro : Puntos de recarga bidireccionales para la estabilidad de la red
El futuro de los puntos de recarga eléctrica podría estar marcado por la introducción de puntos de recarga bidireccionales. Aunque actualmente existen pruebas de concepto, su implantación a gran escala aún no se ha materializado. Los puntos de recarga bidireccionales tienen la capacidad no sólo de cargar vehículos, sino también de extraer energía de las baterías y redistribuirla a la red cuando sea necesario. Esta innovación podría conducir a la creación de una “mega batería” virtual, que permitiría a la red gestionar mejor las fluctuaciones de la demanda, sobre todo en las horas punta.
Según Alric Marc, fundador de EFICIA
“En EFICIA, somos capaces de modular la potencia suministrada por los puntos de recarga, ofreciendo una respuesta pragmática a las limitaciones de potencia máxima.
Y con el crecimiento exponencial de los vehículos eléctricos, la expansión de los puntos de recarga debe abordarse de forma sistemática e innovadora.
El dimensionamiento inteligente de los puntos de entrega, el uso de soluciones tecnológicas para compensar el consumo y la aparición de puntos de recarga bidireccionales son soluciones que ayudarán a hacer frente a los retos que plantea esta transición hacia la movilidad eléctrica.
Es imperativo que los actores implicados, ya sean operadores de red, fabricantes de puntos de recarga o expertos en control, trabajen juntos para construir una red de recarga eléctrica robusta y resistente, capaz de apoyar el futuro de la movilidad sostenible.”