Leroy Merlin y EFICIA refuerzan su compromiso con la gestión sostenible del agua
El futuro de nuestro planeta depende en parte de nuestra capacidad para replantearnos la forma en que producimos, utilizamos y gestionamos la energía. En esta nueva era, los nuevos usos de nuestros edificios comerciales ocupan un lugar central. Antes considerados poco más que infraestructuras, nuestros edificios son ahora el centro de atención, y se consideran una de las principales palancas para afrontar los retos energéticos que nos esperan.
La llegada del edificio inteligente ya está aquí. En el futuro, incorporará tecnologías avanzadas que nos permitirán optimizar el consumo de energía y la gestión global de nuestras actividades humanas en tiempo real, para una mayor productividad y un mayor bienestar. Esta transformación se acelera bajo el impacto de los decretos (Sistema CAE) y de las crecientes presiones económicas, lo que hace indispensable optimizar el consumo de energía.
En este sentido, la década 2020-2030 es un periodo importante, marcado a la vez por un mercado energético sacudido por las subidas de precios y el Real Decreto 36/2023 por el que se estable el Sistema de Certificados de Ahorro Energético en España.
La multiplicidad de estos factores está contribuyendo a reducir nuestra huella de carbono y debe considerarse un verdadero impulso a la transición ecológica. Por tanto, los profesionales deben reflexionar detenidamente sobre sus objetivos si quieren beneficiarse de este Sistema CAE y anticiparse a una serie de cuestiones para que este paso sea un éxito.
El papel esencial de los BMS
Los sistemas de gestión de edificios (BMS por su significado en inglés – Building Management System) son sistemas de control automatizados que permiten la gestión centralizada de las instalaciones y equipos de un edificio. Las tecnologías BMS se utilizan cada vez más en las empresas para gestionar la energía y optimizar el consumo de los equipos. De hecho, los BMS pueden ayudar a las empresas a mejorar la eficiencia energética de los edificios y reducir los costes asociados al consumo de energía. Cuando, en los grandes edificios, la calefacción y el aire acondicionado funcionan a veces simultáneamente, independientemente de la temperatura interior y exterior, haciendo que el consumo se dispare, ahora es posible suavizar la complejidad de la gestión energética simplemente dando a los profesionales encargados de las operaciones las herramientas que necesitan.
El BMS permite controlar en tiempo real los equipos del edificio, analizar los datos y prever los fallos. Esto permite un mantenimiento proactivo de los equipos, en lugar de reactivo. Esta técnica se basa en el análisis de datos en tiempo real, lo que permite predecir fallos y averías antes de que se produzcan. Esto reduce significativamente el tiempo de inactividad de los equipos y mejora la disponibilidad del edificio.
Por encima de todo, el BMS es la primera etapa en la gestión energética de los edificios. Permite el análisis preciso y la retroalimentación de los datos de consumo de energía, lo que puede ayudar a los gestores de edificios a tomar decisiones informadas sobre las operaciones energéticas y aplicar estrategias para reducir el consumo de energía. Los resultados suelen ser notables: según un estudio realizado por Actu Environnement, la implantación de un BMS puede reducir el consumo de energía de los edificios hasta en un 30%.
Democratizar el acceso a los datos energéticos
El primer paso en cualquier proyecto de transición energética es, por tanto, sencillo: ser capaz de visualizar y comprender el consumo energético de sus instalaciones. Para ello, existen herramientas que permiten analizar y comparar de un vistazo el comportamiento energético de los edificios, emitir alertas si se supera la potencia suscrita, etc.
Un BMS abierto, ¡imprescindible!
La adopción de un BMS abierto significa incorporar la capacidad de añadir fácilmente dispositivos IoT (Internet de las cosas), como submedidores de agua, para controlar con mayor precisión el consumo de energía.
También es esencial la interoperabilidad con futuros usos y herramientas empresariales. Un BMS eficaz debe ser capaz de adaptarse a los cambios en la base instalada de equipos, integrando nuevas tecnologías a medida que se desarrollan.
Necesidad de un seguimiento continuo
Un BMS, que es de hecho una base técnica, no se limita a la instalación inicial. Para producir resultados tangibles, necesita una gestión continua. Para ello se requiere tanto experiencia humana como inteligencia a bordo. Los profesionales deben supervisar de cerca los datos energéticos, identificar las anomalías y ajustar los parámetros en consecuencia para maximizar el ahorro de energía.
En las etapas clave de sus acciones de optimización energética, luego de la instalación de un BMS, le sigue el asesoramiento y las recomendaciones de expertos para identificar y corregir los puntos de derroche. ¿Y la etapa final de la transición? La gestión energética 24/7 de sus edificios mediante algoritmos inteligentes.
Los sistemas BMS deben estandarizarse para afrontar los retos del futuro
Por último, para que su transición energética sea un éxito, es esencial contar con una flota instalada de BMS uniforme. Esto permite realizar cambios masivos rápidos y ágiles, como la implantación de un plan de eficiencia energética. Además, una base instalada homogénea facilita el control de la demanda en todos los edificios, gracias a mecanismos como el borrado de capacidad y el NEBEF, que es el mecanismo de notificación a las bolsas de los bloques de borrado de capacidad, lo que permite negociar en el mercado de la electricidad la reducción del consumo. Se trata, pues, de un espacio económico complementario al mecanismo de equilibrio.
¿Y ahora qué? La integración de herramientas de inteligencia artificial en tiempo real facilitará la gestión y optimización del conjunto del parque.
Frente a todos estos retos, los agentes externos especializados en la gestión de la energía aportan una respuesta eficaz. Garantizan una gestión precisa de los equipos, activándolos en el momento adecuado. Este enfoque no sólo cumple con los requisitos legales, sino que también mejora la eficiencia operativa, reduce los costes energéticos y promueve el confort en el lugar de trabajo. Los edificios del futuro serán entornos más inteligentes y económicos, donde la tecnología y la experiencia se unen para crear un entorno de trabajo óptimo.
El Real Decreto 36/2023 por el que se estable el Sistema de Certificados de Ahorro Energético es esencial para hacer frente a los retos energéticos actuales y futuros. Las empresas no solo se beneficiarán con este nuevo “mercado” sino que también podrán contribuir de forma significativa a la transición ecológica, al tiempo que consiguen importantes ahorros. La implantación de un BMS eficiente es una de las palancas clave de nuestro futuro energético.
En los inicios de una nueva era para los edificios comerciales, la energía se está volviendo inteligente, al servicio de la economía y del bienestar de los ocupantes.