Leroy Merlin y EFICIA refuerzan su compromiso con la gestión sostenible del agua

Durante el último medio siglo, los precios de la energía han seguido aumentando. El sector de la construcción, que es el que más energía consume en España (30% del consumo total), se ha visto especialmente afectado por esta subida, que ha tenido un impacto duradero en su diseño, uso y funcionamiento a lo largo de los años.
El sector de la construcción se centra principalmente en el consumo de electricidad y gas. Como estas dos principales fuentes de energía son muy volátiles, sus precios se ven influidos por muchos criterios, como la oferta y la demanda, las variaciones del precio de las materias primas, pero también por parámetros naturales como el clima.
La tendencia de la última década no es una excepción a este análisis: los precios de la energía han subido en general, tanto de la electricidad como del gas. El efecto dominó del aumento de los precios es el incremento de los costes de explotación para los usuarios, lo que supone una presión a largo plazo sobre los costes de amortización de los proyectos de construcción.
En el pasado, cuando los costes de la energía aún eran bajos, no se planteaba la cuestión del impacto medioambiental o del modelo de construcción de «bajo consumo». Los choques industriales y los problemas climáticos han acompañado el aumento de los costes energéticos, imponiendo una reforma tras otra, así como las normas de construcción (HQE, etiquetas BEE…) que favorecen el desarrollo del ahorro energético, especialmente en el contexto de las construcciones más recientes.
En cuanto a los edificios existentes, el aumento sostenible de los precios, unido a las obligaciones establecidas por el Estado en materia de ahorro energético, empujará a los agentes económicos, sea cual sea su sector, a reinvertir en sus edificios para cumplir sus objetivos de reducción (-40% en 2030). Por ejemplo, podrán mejorar la envolvente del edificio o integrar un sistema inteligente de gestión de la energía.
En cuanto al uso, el aumento sostenido de los precios también debería influir en el comportamiento de los usuarios de los edificios, que son conscientes del impacto de los costes energéticos en el funcionamiento y los resultados económicos de su negocio. En resumen, cuanto más suban los precios de la energía, más cambiarán naturalmente los usos cotidianos, aunque esta etapa de transformación pueda llevar tiempo.
El aumento de los costes energéticos también puede tener efectos menos notables, como en algunos sectores en los que las empresas limitan voluntariamente el tamaño de sus edificios para minimizar el impacto de los costes de funcionamiento en sus resultados.
De esta manera, el aumento de los precios de la energía tendrá un impacto a largo plazo en el propio mercado inmobiliario. Tanto los inversores como los inquilinos preferirán invertir en edificios de bajo consumo energético. Esto fomentará la aparición de grandes planes de renovación energética para optimizar y revalorizar sus activos inmobiliarios.
Alric MARC – director de EFICIA