Transición energética de los edificios comerciales: ¿Cuáles son las obligaciones hasta 2030?

La transición energética es clave para el sector de la construcción, especialmente en los edificios comerciales, grandes consumidores de energía. Ante los desafíos climáticos, económicos y normativos, las autoridades han reforzado el marco legal para impulsar y acelerar este cambio.


¿Por qué los edificios comerciales están en el centro de la transición energética?

Los edificios comerciales representan alrededor del 20% del consumo final de energía en Francia. Este peso considerable explica que sean especialmente objeto de las políticas de transición energética. Detrás de esta exigencia se esconden múltiples retos: medioambientales, por supuesto, con la reducción de la huella de carbono, pero también económicos, ya que los costes energéticos pesan mucho en los costes de explotación.


Además, el sector comercial ofrece un enorme potencial de ahorro energético. Gracias a la automatización, la gestión de la energía y las obras de eficiencia energética, es posible alcanzar niveles mucho más elevados de rendimiento energético, preservando al mismo tiempo el confort de los ocupantes. Este potencial es tanto más estratégico cuanto que se inscribe en la trayectoria global de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero adoptada por Francia y la Unión Europea.


"Los edificios terciarios están en el centro de la transición energética porque concentran a la vez grandes retos y oportunidades. Con casi el 20% del consumo final de energía en Francia, optimizarlos es una palanca clave para reducir las emisiones de CO₂ y controlar los costes de explotación. Gracias a la gestión energética y a la automatización, es posible mejorar significativamente su rendimiento garantizando al mismo tiempo el confort de los ocupantes. La transición energética del sector terciario no es una limitación, sino una oportunidad estratégica para un futuro más sostenible y competitivo."


Decreto terciario: obligación de reducir
el consumo de energía

El decreto sobre el sector terciario, incluido en la ley ELAN, obliga a los propietarios y operadores de edificios del sector terciario de más de 1.000 m² a reducir gradualmente su consumo de energía. El objetivo es lograr una reducción del 40% para 2030, del 50% para 2040 y del 60% para 2050, en comparación con un año de referencia elegido libremente entre 2010 y 2019.


Esta obligación se aplica a una gama muy amplia de edificios: oficinas, comercios, hoteles, establecimientos sanitarios o educativos, edificios administrativos, almacenes logísticos, etc. Cada año, el consumo energético de los edificios en cuestión debe declararse en la plataforma OPERAT, gestionada por la ADEME. Esta plataforma calcula automáticamente la trayectoria de rendimiento y alerta en caso de incumplimiento.


En caso de incumplimiento de los objetivos fijados por el decreto terciario, los directivos serán objeto de un requerimiento formal, seguido de la posible publicación oficial de su nombre en una lista de "malos resultados". Aunque este "nombre y vergüenza" es la principal sanción en esta fase, es probable que en los próximos años se añadan sanciones económicas a este sistema.


Decreto BACS: una obligación de medios para gestionar el rendimiento energético 


El decreto BACS, publicado en 2020, introduce una obligación adicional: la de equipar los edificios comerciales con un Sistema de Gestión de Edificios (SGE) para la gestión de la energía automatizada. A partir de 2025, esta obligación se aplicará a los edificios cuyos equipos técnicos (calefacción, aire acondicionado, ventilación) tengan una potencia nominal combinada superior a 290 kW, y a partir de 2027 a los que tengan una potencia nominal superior a 70 kW.


El decreto BACS pretende generalizar la instalación de sistemas BMS capaces de controlar el consumo de energía en tiempo real, analizarlo y optimizar el funcionamiento de los equipos. El SGE también debe comparar el rendimiento del edificio con valores de referencia y detectar automáticamente cualquier desviación.

¿Cómo se complementan el Decreto Terciario y el Decreto BACS?


El decreto del sector terciario fija objetivos de reducción del consumo de energía, mientras que el decreto del BACS impone los medios técnicos necesarios para alcanzar estos resultados.


En otras palabras, sin un SGE de alto rendimiento, es prácticamente imposible controlar el consumo en detalle e identificar los ahorros potenciales de energía. El SGE se convierte así en la columna vertebral de la gestión energética y en la palanca esencial para no desviarse de los objetivos fijados por el decreto del sector terciario. Este vínculo entre la obligación de proporcionar recursos y la obligación de lograr resultados refuerza la necesidad de adoptar un enfoque global y estructurado del rendimiento energético.


"El decreto del sector terciario y el decreto BACS forman un dúo indisociable si queremos que la transición energética de los edificios sea un éxito. Por un lado, el decreto del sector terciario fija objetivos ambiciosos de reducción del consumo de energía; por otro, el decreto BACS impone los medios técnicos para alcanzarlos. Sin un SGE de alto rendimiento, es imposible analizar con precisión el consumo de energía e identificar dónde se puede ahorrar. Por tanto, la gestión energética se convierte en esencial para transformar estas obligaciones en resultados concretos y sostenibles. Lejos de ser una limitación, este enfoque complementario ofrece una forma estructurada y eficaz de acelerar el rendimiento energético en el sector comercial."

Etapas clave para el pleno cumplimiento en 2030


El primer paso es llevar a cabo una auditoría energética completa, que identifique el consumo por uso, detecte cualquier desviación y trace los ahorros potenciales. A partir de ahí, hay que instalar o adaptar un sistema de gestión de edificios que cumpla el decreto BACS y sea capaz de recoger y analizar continuamente los datos energéticos.


A continuación viene el desarrollo de una verdadera estrategia de gestión energética, con objetivos cuantificados, KPI precisos y una organización clara que garantice un seguimiento riguroso. Es esencial formar a los equipos técnicos para que se familiaricen con el SGE, sepan analizar los datos de consumo y adopten las medidas correctoras necesarias. Por último, se recomienda un mantenimiento predictivo para evitar cualquier desviación debida al mal funcionamiento de los equipos.


Le invitamos a concertar ahora una cita con un experto de Eficia para determinar las necesidades energéticas de su edificio comercial y las soluciones a implantar.


Gestión de la energía: una palanca para el rendimiento global


Más allá del mero cumplimiento de la normativa, una gestión energética eficaz puede reducir los costes de funcionamiento, prolongar la vida útil de los equipos, mejorar el confort de los ocupantes y aumentar el valor de los activos inmobiliarios.


Gracias a un BMS conectado, potenciado por la inteligencia artificial y los sensores IoT, los edificios comerciales pueden ajustar su consumo en tiempo real en función de las condiciones reales de ocupación o de la meteorología. Este control inteligente abre el camino a una gestión dinámica de la energía, capaz de combinar el ahorro económico con la reducción de la huella de carbono.

¿Qué financiación se necesita para apoyar esta transición? 


Existen varios planes para ayudar a los propietarios a financiar estas inversiones. Los Certificados de Ahorro Energético (CAE), por ejemplo, pueden utilizarse para financiar parte de las obras, incluida la instalación de sistemas BMS eficientes. También existen subvenciones regionales, sobre todo para proyectos de renovación integral.


El apoyo de expertos en eficiencia energética como EFICIA también ayuda a optimizar la trayectoria, garantizar el cumplimiento de la normativa y asegurar un rápido retorno de la inversión.

Frente a los plazos de 2025, 2027 y 2030, la transición energética de los edificios comerciales ya no puede aplazarse. Entre la obligación de obtener resultados y la de aportar recursos, los gestores de edificios deben movilizar ya las herramientas y prácticas adecuadas para combinar el cumplimiento de la normativa, el rendimiento energético y la mejora de los activos.


En lugar de ser una limitación, esta fase puede convertirse en una enorme oportunidad para la innovación y la competitividad. Apoyándose en sistemas de gestión de edificios inteligentes y en una gestión energética rigurosa, los edificios comerciales pueden convertirse en actores clave de la transición ecológica, manteniendo sus costes bajo control a largo plazo.


Le invitamos a ponerse en contacto con uno de nuestros expertos de Eficia, que le ayudará a definir las necesidades de optimización energética de su edificio comercial.