El papel de los certificados de ahorro energético (CAE) en los edificios comerciales

Los Certificados de Ahorro Energético (CAE), implantados en España en 2023, ofrecen una nueva vía para impulsar la eficiencia energética. Este sistema obliga a los proveedores de energía a demostrar ahorros anuales, incentivando así reformas en hogares, empresas e instituciones. Inspirado en modelos europeos, el régimen CAE se presenta como una herramienta clave para reducir el consumo, avanzar hacia la neutralidad climática y dinamizar el mercado de la rehabilitación energética.

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Comprender el régimen CAE

Definición e historia de los CAE

Imagine un sistema en el que ahorrar energía se convierte en una herramienta de valor económico, incentivando a empresas y ciudadanos a reducir su consumo energético. En España, este sistema se materializa en los Certificados de Ahorro Energético (CAE), introducidos en 2023 con el objetivo de complementar los esfuerzos públicos en eficiencia energética.


Inspirado en modelos ya existentes en Europa, el régimen de CAE establece que determinados sujetos obligados —principalmente empresas comercializadoras de energía— deben acreditar cada año un volumen mínimo de ahorro energético. Para ello, pueden promover actuaciones de eficiencia energética o adquirir certificados que justifiquen el ahorro conseguido por otros agentes.


Este mecanismo ha sido diseñado como una herramienta flexible, capaz de adaptarse a diversos sectores y escalas de actuación. Los CAE se cuantifican en kWh de ahorro anual certificado, y su cumplimiento es supervisado por el Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE) y coordinado por el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía). Con ello, se busca avanzar hacia una economía baja en carbono y cumplir con los objetivos climáticos marcados por la Unión Europea..


Objetivos y retos medioambientales

¿Es realmente posible alcanzar la neutralidad de carbono sin un mecanismo estructurador como el CAE? La respuesta es clara: imposible. Los Certificados de Ahorro Energético desempeñan un papel clave en la transición energética, ya que fomentan acciones concretas para reducir el consumo de energía.


Desde su creación, los CAE han permitido estructurar esfuerzos colectivos en torno a un objetivo común: reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la eficiencia energética. Este sistema contribuye directamente a la ambición de ser neutra en carbono de aquí a 2050. Al mismo tiempo, forma parte de un planteamiento europeo, en el que cada Estado miembro debe cumplir unas cuotas ambiciosas para reducir su huella ambiental. Lo que está en juego es colosal: preservar los recursos naturales, fomentar la sobriedad energética y garantizar un futuro sostenible.


Marco reglamentario y obligaciones de las partes interesadas

¿Sabías que ciertas empresas están legalmente obligadas a financiar medidas de eficiencia energética? Es el caso de las empresas comercializadoras de electricidad, gas o productos petrolíferos, consideradas sujetos obligados. Según el Real Decreto 36/2023, estas entidades deben acreditar un volumen mínimo de ahorro energético cada año.


Dicho ahorro puede lograrse mediante actuaciones propias o a través de la compra de CAE en el mercado. Para que estos certificados sean válidos, deben estar previamente verificados por un Verificador Acreditado, y registrados ante el IDAE, quien gestiona la plataforma CAE.


El no cumplimiento de las obligaciones impuestas conlleva aportaciones económicas al Fondo Nacional de Eficiencia Energética, lo cual actúa como un incentivo económico para participar activamente en el mercado CAE. La normativa asegura la trazabilidad, transparencia y fiabilidad del ahorro energético declarado, consolidando el sistema como una herramienta sólida para la transición energética.


Beneficiarios y tipos de trabajo subvencionables

Identificación de posibles beneficiarios 

¿Quién puede beneficiarse de los CAE? Aunque el sistema está diseñado para que los sujetos obligados cumplan sus metas de ahorro, los beneficiarios reales de las actuaciones de eficiencia energética pueden ser muy diversos: empresas del sector terciario, industria, administraciones públicas, y también particulares.


En concreto, las empresas que lleven a cabo obras de mejora energética en sus edificios, procesos o instalaciones pueden generar CAE, y comercializarlos posteriormente con las entidades obligadas. También se permite a comunidades de propietarios y viviendas individuales participar en actuaciones estandarizadas que cumplan los requisitos técnicos.


Lo fundamental es que las medidas estén bien definidas, sean cuantificables en términos de ahorro energético, y se realicen bajo supervisión de un técnico competente y, en muchos casos, por empresas certificadas bajo estándares de calidad, como instaladores con sello de eficiencia energética reconocido.


Tipos de renovación energética que se cubren

¿Qué trabajos pueden acogerse al CAE? La lista es extensa y abarca un amplio abanico de actuaciones destinadas a reducir el consumo energético de los edificios. Entre las más comunes está el aislamiento térmico: ya se trate de paredes, áticos o pisos bajos, estas obras contribuyen a limitar las pérdidas de calor y a mejorar el confort térmico. Otra intervención clave es la sustitución de los sistemas de calefacción por equipos más eficientes, como calderas de condensación, bombas de calor o calentadores de agua termodinámicos.


Otras medidas menos conocidas pero igualmente eficaces son la instalación de sistemas de ventilación eficientes, como la ventilación de doble flujo, o la instalación de un sistema de regulación para optimizar el consumo de energía. Al mismo tiempo, también son subvencionables algunos trabajos específicos del sector comercial, como la iluminación LED o la mejora de los sistemas de aire acondicionado. Esta diversidad de proyectos significa que todos los beneficiarios pueden adaptar sus proyectos a sus necesidades, al tiempo que se benefician de una importante ayuda financiera.


Papel de los distintos agentes en la aplicación 

Sin profesionales cualificados, el sistema CAE no funcionaría. La calidad de la ejecución es clave, ya que el ahorro energético debe ser real, medible y verificable. Por eso, las empresas ejecutoras deben cumplir criterios técnicos exigentes y documentar de manera rigurosa cada actuación.


Muchas de estas empresas forman parte del ecosistema de empresas de servicios energéticos (ESEs) o instaladores certificados. Su papel no se limita a ejecutar las obras, sino también a preparar la documentación técnica necesaria para generar el CAE y gestionar su validación con verificadores acreditados.


Elegir un profesional cualificado, que conozca el procedimiento y esté familiarizado con la normativa CAE, es un paso imprescindible para asegurar que la actuación pueda generar certificados y, con ello, facilitar la obtención de financiación a través de su venta.


Cómo solicitar y obtener las primas del CAE

Pasos para realizar una solicitud 

Solicitar un Certificado de Ahorro Energético implica seguir un procedimiento técnico que comienza con la identificación de una actuación de eficiencia válida según los criterios del sistema. Es fundamental definir correctamente el tipo de intervención, asegurarse de que cumple con las fichas técnicas normalizadas y que el ahorro generado será medible y verificable. Desde el inicio, conviene contar con un acompañamiento técnico que evalúe la viabilidad del proyecto, recopile la documentación necesaria y anticipe los requisitos que exigirá la verificación.


Una vez ejecutada la medida, es necesario preparar un expediente completo que incluya memoria justificativa, facturas detalladas, certificados de instalación y cualquier documento técnico que respalde el ahorro declarado. Todo ello debe ser auditado por un verificador acreditado, quien validará el ahorro energético para que pueda registrarse oficialmente como un CAE. Contar con asesoría experta permite agilizar este proceso, evitar errores formales y asegurar que el certificado se emita en el menor tiempo posible, maximizando el retorno económico de la inversión realizada.


Plazos y condiciones para el pago de bonificaciones 

Las subvenciones CAE no se pagan al instante, y con razón: cada solicitud debe pasar por un riguroso proceso de verificación para garantizar que las obras realizadas cumplen la normativa. Por regla general, los plazos de tramitación oscilan entre 4 y 12 semanas, dependiendo de la complejidad de la solicitud y de la capacidad de respuesta del proveedor de energía o del organismo gestor.


Sin embargo, hay ciertas condiciones que deben cumplirse para esperar un resultado favorable. Por ejemplo, el trabajo debe realizarse según las reglas del oficio y cumplir los criterios técnicos definidos por el régimen. También es crucial que el presupuesto se firme antes de que empiecen las obras, pues de lo contrario la solicitud podría ser rechazada. Por último, los documentos justificativos deben ser completos y exactos: una factura que falte o un certificado cumplimentado incorrectamente pueden provocar retrasos importantes, o incluso el rechazo de la solicitud. Cumplir estos requisitos es, por tanto, esencial si quiere recibir ayuda rápidamente.


Errores comunes que hay que evitar 

¿Por qué se rechazan o retrasan tantas solicitudes de prima CAE? La respuesta suele estar en errores comunes pero evitables. Uno de los errores más comunes se refiere a la firma del presupuesto: si no se firma antes de que empiecen las obras, la solicitud queda automáticamente invalidada. Esto puede parecer trivial, pero es un requisito esencial del régimen.


Otro escollo frecuente es la documentación incompleta o inexacta. Una factura que no detalle con precisión el trabajo realizado, una declaración jurada sin firmar o la ausencia de justificantes pueden bastar para bloquear todo el proceso. Además, elegir a un contratista sin certificación RGE es un grave error, ya que hace que la obra no pueda optar a los incentivos CAE. Por último, es fundamental respetar los plazos impuestos para la presentación del expediente una vez finalizadas las obras. Una declaración tardía podría dar lugar a una denegación definitiva, dejando al beneficiario sin vías de recurso. Anticiparse a estos escollos es, pues, esencial para maximizar sus posibilidades de éxito.


Impacto económico y perspectivas de futuro 

Ahorro de energía gracias al CAE

Los beneficios del sistema CAE ya se están empezando a notar: las primeras operaciones certificadas han demostrado ahorros energéticos significativos. Por ejemplo, una reforma en climatización en un pequeño comercio puede reducir el consumo energético entre un 20% y un 35%, lo que supone una importante reducción de costes a largo plazo.


A nivel agregado, se espera que el sistema contribuya con más de 37.000 GWh de ahorro acumulado hasta 2030, según las previsiones del IDAE. Esto representa una reducción sustancial en el consumo nacional y una menor presión sobre los precios energéticos y las importaciones de combustibles fósiles.


Cambios previstos en el sistema y nueva normativa

El futuro de los Certificados de Ahorro Energético se inscribe en una dinámica de refuerzo y transformación para hacer frente a los retos del cambio climático. Con el ambicioso objetivo de la neutralidad en carbono fijado para 2050, el régimen está en constante evolución. Las recientes reformas de pretenden aumentar las cuotas de ahorro energético impuestas a los proveedores de energía, al tiempo que amplían la lista de obras subvencionables para incluir tecnologías innovadoras y más eficientes.


La Unión Europea también está desempeñando un papel destacado al imponer normas más estrictas y armonizar las prácticas entre los Estados miembros. Esto ha dado lugar a un aumento de los controles para garantizar la calidad de las operaciones financiadas por los CAE. A nivel nacional, también se han incrementado los incentivos para las renovaciones integrales, fomentando un enfoque más holístico de la eficiencia energética de los edificios. Estos ajustes refuerzan el papel clave del régimen en la lucha contra el cambio climático, al tiempo que ofrecen nuevas oportunidades a los beneficiarios.